En el Día Internacional de la Alfabetización, “Ya no me ‘embolato’: ya puedo leer un libro completo”: Moisés, un hijo Tuchín que aprendió a escribir y leer en Cartagena

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El día que su esposa lo vio en dificultades para tratar de responder una pregunta que le habían puesto de tarea a su hija de 15 años, le dio una orden perentoria: “tienes que estudiar y pronto”.

 

Moisés Roqueme Nova transcurrió su niñez y adultez con su padre después de la separación con su madre. Fue su mano derecha para sobrevivir, acompañándolo en las miles de batallas diarias para llevar un bocado de comida a su mesa.

 

El tiempo se pasó y Moisés no piso nunca un salón de clases. La vida fue su escuela y su universidad. Pero llegó el día de complementar lo aprendido en medio de dificultades, triunfos y resistencias.

 

Había que aprender a leer y a escribir formalmente. “Estás a tiempo”, le dijo su esposa. Y lo acaba de lograr.

 

Hace tres días la felicidad no les cabía en su corazón a Moisés y a su esposa, Karen Martínez De la Rosa. Él, en una ceremonia especial celebrada en el colegio INEM, recibió de manos de la secretaria de Educación del Distrito, Olga Acosta Amel, su certificado de alfabetización, tras siete meses de preparación y conocimientos.

 

Ese día nació un hombre nuevo. Con ganas de seguir subiendo las escaleras del conocimiento, del aprendizaje.  

 

Moisés y Karen son dos ejemplos de esmero, de fuerza de voluntad para iniciar un nuevo amanecer a pesar de las duras pruebas que les da la vida. Hoy sus sueños se abren a un horizonte distinto, con más luces, las luces del conocimiento y la superación.

 

Moisés, con más de 40 abriles en su vida, aprendió, ya siendo abuelo, a leer y a escribir. Ahora quiere seguir estudiando y terminar su bachillerato. Es la muestra ferviente y cierta de la superación y el aprovechamiento de las oportunidades para educarse que ofrece la Alcaldía de Cartagena, a través de la Secretaría de Educación.

 

Día Internacional de la Alfabetización

 

Él y su esposa son referentes para resaltar durante la celebración del Día Internacional de la Alfabetización, que cada 8 de septiembre se recuerda en el mundo. La Unesco, desde 1967, busca hacer entender sobre la importancia de la alfabetización como factor de dignidad y de respeto de los Derechos Humanos.

 

A raíz de la pandemia del Covid-19, la Unesco contempla que unos 24 millones de estudiantes en el planeta nunca regresen a la educación formal, de los cuales 11 millones son niñas y mujeres jóvenes.

 

Por eso este año el énfasis y lema de la celebración es el de transformar los espacios de aprendizaje para desarrollar resiliencia y garantizar educación de calidad, equitativa e inclusiva.

 

En este sentido, la Secretaría de Educación Distrital desarrolla sus programas de alfabetización llegando a todas las comunidades de la ciudad y sus corregimientos y procurando crear espacios adecuados para el aprendizaje a cualquier edad y/o condición social o económica.

 

De hecho, el lunes pasado 5 de septiembre, 300 adultos y jóvenes, en su mayoría personas mayores de 40 años, recibieron su certificado de alfabetización y educación básica.

 

La Secretaría, desde el programa institucional Únicos e Inagotables, desarrolla estos espacios de educación y conocimientos para personas adultas mayores y jóvenes. En el momento, luego de la graduación de 300 participantes, se desarrollan los procesos de formación de 400 personas más.

 

Karen, la esposa de Moisés, destacó el apoyo de la Secretaría de Educación de Cartagena y esta oportunidad para de salir adelante en su preparación y conocimiento.

 

“Mi orgullo es que mi esposo Moisés se haya graduado porque fue un privilegio de ver cómo él vino a esta ciudad desplazado de Tuchín (Córdoba) y nunca había podido estudiar. Nos parece chévere que se nos haya presentado esta oportunidad para ser personas de bien, con educación”.

 

Ella recuerda que fue quien inscribió a Moisés, sin que este supiera, para entrar al programa de alfabetización. Un día llegó a la casa y le dijo: “te traigo una buena noticia: fuiste seleccionado para aprender a leer y escribir”.

 

Moisés no se cree este logro alcanzado. “Soy de Tuchín, la tierra donde se hace el sombrero vueltiao. Y le doy gracias a Dios y a mi esposa que hoy me pude graduar, incluso ya siendo abuelo. Es un privilegio, no estaba en mis sueños esto de capacitarme y aprender. Hoy puedo leer un libro, una historia, ya no me ‘embolato’. Mis hijas me dicen que termine el bachillerato y lo voy a terminar”, dice seguro y orgulloso Moisés, salvado de la oscuridad de la ignorancia y a puertas de seguir creciendo en conocimiento y aprendizajes.

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